Con profundo pesar, el Centro Universitario Reconquista – Avellaneda (CU-RA | UNL) despide al profesor Sebastián Fantini, docente y coordinador del área de Ciencias Exactas y Complementarias, quien dejó una huella imborrable en nuestra comunidad educativa.
Sebastián fue un docente apasionado por la matemática, disciplina que eligió como forma de vida y herramienta para enseñar a pensar, razonar y descubrir. Formó parte del equipo docente del CU-RA desde el año 2010, desempeñándose con dedicación y responsabilidad en las asignaturas Matemática I y II, Estadística y Estadística Aplicada. La docencia fue su oficio y su vocación, ejercida con una entrega ejemplar, marcada por la empatía, la paciencia y el compromiso con cada estudiante.
Además de su labor docente, Sebastián cumplía un rol fundamental como tutor en el Programa de Ingreso del CU-RA, orientando y acompañando a los y las ingresantes en sus primeros pasos por la vida universitaria. Su presencia en este espacio fue clave para generar confianza, contención y un clima de aprendizaje respetuoso.
Su compromiso con la educación inclusiva también se reflejó en su participación activa en la Comisión de Accesibilidad, dependiente del Área de Inclusión de la UNL. Desde allí trabajó con convicción para garantizar que la universidad sea un espacio abierto, accesible y equitativo para todas las personas.También ofreció talleres presenciales destinados al personal docente y no docente del Centro Universitario, donde promovió la reflexión y sensibilización sobre la importancia de la inclusión de las personas con discapacidad, tanto en el ámbito universitario como en la sociedad en general.
Sus estudiantes lo recuerdan su capacidad para enseñar con sencillez, su vocación de servicio y su profundo compromiso con la formación de las nuevas generaciones. En palabras de su colega y amiga, la profesora Soledad Ardiles: “Alcanzó cada logro por mérito propio, con esfuerzo, talento y una integridad que admiramos profundamente. Transformó los silencios en palabras, y las palabras en escucha atenta.”
Por su parte, la Coordinadora Académica del CU-RA, Ana Magneago, expresó: “Nunca tenía un mal día. Siempre regalaba una sonrisa. Era exigente con sus estudiantes, predispuesto a realizar actividades que no estaban en la lista y participaba en todo. Muy buen compañero, respetuoso y responsable.”
Quienes compartieron momentos, clases o reuniones con él, coinciden en que Sebastián dejó una huella profunda. Su forma de enseñar, su compromiso y su humanidad cotidiana fueron ejemplo para docentes, estudiantes y personal del CU-RA. Su presencia será recordada no solo por su saber académico, sino por su bondad, respeto y coherencia entre lo que enseñaba y lo que vivía.
Acompañamos con afecto a su familia, amigos, colegas y estudiantes en este momento de profunda tristeza. Su enseñanza, su fortaleza y su ejemplo permanecerán siempre en la memoria y el corazón de nuestra comunidad educativa.